15 October 2003

Octubre 2003, Chicago

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Presentación de Alberto Ibargüen Presidente de la Comisión Contra la Impunidad

Asamblea General de la SIP Chicago 13 de octubre de 2003

En el pasado, los informes del Comité de Impunidad han sido a la vez mesurados y preocupantes. Cuando comenzamos este trabajo, centenares de periodistas eran asesinados en todo el hemisferio, pero se prestaba poca atención a la casi total ausencia de enjuiciamiento de los asesinos. Mucho menos atención se dedicaba a recabar el apoyo de ciudadanos y lectores a la importante tarea periodística que nuestros colegas desarrollaban.

Hoy día siento un enorme orgullo y una gran satisfacción en comenzar este informe haciéndoles saber que hemos hecho progresos. Sí, es cierto que debemos informar de la muerte de periodistas, asesinados desde nuestra última reunión, pero también tenemos información sobre enjuiciamientos acertados, sobre entrenamiento de periodistas para evitar peligros. Especialmente me complace informar de la magnífica respuesta de los miembros de la SIP, y de su participación en nuestra campaña publicitaria contra la Impunidad, la cual ha fortalecido sobremanera la conciencia sobre los peligros que afrontan quienes ejercen el periodismo.

Quizás nunca ha existido una época en el curso de nuestras vidas en la que los periodistas se hayan encontrado fuera de riesgo. Pero constituye una meta razonable y viable el reducir semejante riesgo aumentando la certeza del castigo a los culpables. Al mismo tiempo, resulta muy importante elevar la comprensión general de lo que hacen los periodistas y el porqué de su misión; informar e iluminar las vidas y mentes de nuestros lectores, por cuanto están necesitados de protección y apoyo no solamente por parte de las autoridades, sino también de la población general de cualquier democracia.

Tenemos tres metas que, comparativamente, son fáciles de medir: 1. Reducir el número de asesinatos de periodistas. 2. Presionar a las autoridades para enjuiciar a los asesinos. 3. Elevar la conciencia entre nuestros lectores y la población en general acerca de la importancia y los peligros del periodismo.

Anunciamos nuestra campaña en la reunión de Lima y la lanzamos en la de San Salvador, hace sólo seis meses. Me siento orgulloso de informarles de que hoy contamos con la participación de 193 periódicos y revistas y algunos portales de Internet. Cada uno de ellos ha publicado anuncios acerca de una víctima en particular y ha invitado a los lectores a expresar su indignación y protesta.

Como ustedes conocen, el proyecto es financiado por la Fundación John S. y James L. Knight con una donación multimillonaria a través de los años, condicionada a la participación y contribución de los miembros de la SIP. Bien, me complace informarles de que los miembros de la SIP han aportado una cifra de más de 3 millones de dólares a esta campaña por concepto de avisos en espacio gratuito. Nunca había sucedido nada parecido en la historia de esta organización, por lo cual les doy las más expresivas gracias.

Hasta el momento, los siete avisos publicados nos han permitido insistir en que se haga justicia en relación con los crímenes de Jean Leopold Dominique, de Haití; Iván Rocha y Reinaldo Coutinho da Silva, de Brasil; Elizabeth Obando Murcia, Gerardo Bedoya Borrero y Orlando Sierra Hernández, de Colombia; y Héctor Félix Miranda, de México.

La efectividad de esta campaña puede medirse por su impacto en la sociedad. Miles de lectores se han sentido motivados todos los meses a firmar peticiones en nuestra página electrónica (www.impunidad.com), lo que genera un tráfico importante de cartas que enviamos periódicamente a las autoridades gubernamentales. Ello nos facilita lograr nuestra segunda meta, que es presionar a las autoridades para que apliquen la justicia a los criminales.

Desde que empezamos la campaña, hemos cuadriplicado el tráfico en la página de impunidad (www.impunidad.com). Cada vez que ponemos un aviso, se nota un aumento de ese tráfico. Hemos pasado de 3.000 visitas diarias a más de 11.000. Para un sitio Web de naturaleza tan sobria, representa un crecimiento enorme.

Esta cifra demuestra que estamos logrando nuestro objetivo de concienciar a la población en general sobre el tema de la impunidad y que éste forme parte de la agenda política en cada uno de nuestros países.

El número de asesinatos, sin embargo, no disminuye. Desde marzo pasado, cuatro periodistas han sido asesinados en Brasil, tres en Colombia y uno en Guatemala. La lista de asesinatos en las Américas en los últimos 15 años es escalofriante: 274 periodistas caídos por su labor profesional.

De marzo a la fecha han sido asesinados Héctor Ramírez, en Guatemala; Luiz Antonio da Costa, Nicanor Linares Batista, Edgar Ribeiro Pereira, en Brasil; y Jaime Rengifo Revero, Guillermo Bravo Vega, José Nel Muñoz y José Emeterio Rivas, en Colombia.

En su memoria, y como es nuestra tradición, me permito convocarlos a un minuto de silencio.

Los lectores de los avisos no se limitan sólo a firmar peticiones sino también nos mandan cartas de apoyo y compromiso, y llegan de los más recónditos lugares del mundo.

Por ejemplo, recibimos hace poco una carta del director del Programa contra la Corrupción, de la Presidencia de Colombia, Germán Cardona Gutiérrez, quien después de leer el aviso publicado en diarios de su país sobre el asesinato de Orlando Sierra, prometió su apoyo en la investigación y solución de ese crimen ocurrido en febrero del 2002.

También en Colombia, después de la publicación del aviso sobre Gerardo Bedoya, ex director de la página editorial de El País de Cali, la Fiscalía General de la Nación creó un Comité Especial para tratar casos de asesinatos.

Además del esfuerzo de coordinación de esta importante campaña nos permitimos señalar otros logros de este período. En Haití fueron culpados y encarcelados los asesinos materiales de Jean Leopold Dominique; en Guatemala continúa el cumplimiento del Acuerdo Amistoso con el gobierno por el caso de Irma Flaquer; en Brasil y Colombia fueron sentenciados los asesinos materiales de Manoel Leal de Oliveira y Guzmán Quintero Torres, respectivamente.

Como saben, la base de nuestro programa son nuestros valientes periodistas que integran la Unidad de Respuesta Rápida, y que se han mostrado muy activos durante este período. Para empezar, investigaron los asesinatos de: Elizabeth Obando, de Colombia; Luis de Costa e Iván Rocha, de Brasil; Parmenio Medina, de Costa Rica Rodolfo Fernández, de Argentina

La Unidad también contribuyó a actualizar varios casos, entre ellos los de: Domingo Lima Jr., Mário Coelho, José Fernández y Mário de Oliveira, de Brasil; Orlando Sierra y Nelson Carvajal, de Colombia

El trabajo de la URR también fue indispensable para aportar nuevos elementos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la que ha acogido en el sistema de justicia interamericano 17 casos de los 45 que hemos investigado desde que comenzamos este proyecto en 1995.

En los últimos meses hemos sometido un nuevo caso a la CIDH, el del periodista brasilero Iván Rocha y hemos enviado nuevas evidencias en relación con los asesinatos de Ronaldo Santana de Araújo y Manoel Leal de Oliveira, de Brasil, y Nelson Carvajal, de Colombia.

Como saben, el aporte de la CIDH es importantísimo para combatir la impunidad. Este próximo lunes 20 de octubre la CIDH nos ha concedido una audiencia en su período ordinario de sesiones a las que la SIP ha acudido en otras cinco oportunidades. En esta ocasión, presentaremos documentación relacionada con los casos de Héctor Félix Miranda y Víctor Manuel Oropeza, ambos de México, sobre los que hemos venido insistiendo desde 1995.

La Comisión contra la Impunidad también ha unido esfuerzos dentro de nuestra institución, lo que nos permite trabajar muy de cerca con la Comisión de Periodistas en Riesgo, por cuyo trabajo agradezco muy particularmente a mi colega Enrique Santos Calderón; y con la Comisión de Chapultepec, la de Libertad de Prensa e Información y el Instituto de Prensa de la SIP.

Hemos empezado un intenso programa de seminarios para entrenar a periodistas en situaciones de riesgo, con el objetivo de minimizar el peligro al que se someten durante la cobertura periodística.

El primer curso sobre periodismo investigativo y en riesgo lo brindamos en septiembre en Valencia, Venezuela, con el apoyo del diario El Carabobeño. También en septiembre, pero en Guatemala, en una conferencia sobre periodismo y legislación del Instituto de Prensa, insistimos a los legisladores presentes a que adoptaran medidas concretas para combatir la impunidad.

Próximamente, en coordinación con la Comisión de Periodistas en Riesgo, otorgaremos becas a periodistas latinoamericanos para que asistan en noviembre al primer curso que ofreceremos con la firma inglesa Centurión, especializada en entrenar periodistas en situaciones de supervivencia y riesgo. También en febrero ofreceremos cursos similares en Buenos Aires con la compañía Caecopaz.

Concientes de que debemos preparar especialmente a los editores de los diarios para que puedan transmitir el conocimiento a los periodistas, hemos escogido Colombia, el país con mayores riesgos, para hacer un diplomado, en asociación con la Universidad de Los Andes.

A ello sumaremos otros cursos y seminarios que ofreceremos en zonas peligrosas de las Américas como son las áreas fronterizas entre México y Estados Unidos y Brasil y Paraguay.

Como les dije al principio de mi presentación, es de gran satisfacción poder anunciarles que estamos cumpliendo cabalmente con los objetivos de nuestro proyecto en estos primeros meses de la nueva etapa de cuatro años en la que contamos con el apoyo de la Fundación Knight.

Promoción, Investigación y Entrenamiento son los pilares básicos de esta lucha que mantenemos para que la obra de los 274 periodistas asesinados en las Américas no haya sido en vano.

Nuestra intención es, en definitiva, impedir que se mate a los periodistas para que, de este modo, se escuchen libremente las voces de la democracia.

Quisiera agradecer nuevamente a la Fundación Knight por su apoyo, así como a los valientes miembros de la Unidad de Respuesta Rápida, a Ricardo Trotti y Julio Muñoz, de la directiva de la SIP, y a todos los periodistas en activo del hemisferio. Además, en este día quisiera dar mis más expresivas y sinceras gracias a esta audiencia: son ustedes quienes han dicho “Sí, podemos detener los crímenes”, “podemos hacer algo al respecto”. Ustedes, quienes dirigen las 193 publicaciones que se han unido a nuestra campaña, son los verdaderos héroes en este momento.

Gracias.

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